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El jueves 1 de agosto a las
18:30 nos reuniremos nuevamente en el Café Ufológico
RIO54.
Foto,
de Izq a Der: Juan J. Castelli, Horacio Sorbaro, Javier Bertolotto,
Alejandro Merel, Alberto Portalet, Javier Stagnaro, Mario Lupo, Alex Gómez,
Daniel Postizzi, Roberto Marino, Claudia Molina, Ana Serrano, Pablo Auero,
Ricardo Quinteros, Luis Alberto Baynham, Rubén Morales, Horacio Pistoni, Mario
Coen, Pablo Cardozo, Alejandro De la Barra, Roberto Banchs, Anabella Veja,
Verónica Suárez, Andrea Pérez Simondini y Sebastián Haraya. Estuvieron presentes, pero no aparecen en la
foto: Iván Orenstein y Rubén
Romano.
RIO54, el primer Café
Ufológico argentino, demuestra en cada reunión que el tema ovni moviliza el
interés de hombres y mujeres de todas las edades y formación, dispuestos a
encontrarse una vez por mes en el Café de la Subasta para conversar
amigablemente sobre el tema de sus amores. En el encuentro del pasado 4 de julio
hubo dos nuevos participantes que fueron bienvenidos a la larga mesa, Roberto
Marino y Javier Bertolotto.
Roberto Marino, originario de Gaiman, Pcia.
de Chubut, contó diversas experiencias personales vividas en lugares
emblemáticos de la ufología, como la estancia La Aurora en Salto (Uruguay) donde
observó extrañas luces y también observó un cigarro sobre los cerros "Las
Gemelas" en Capilla del Monte (Pcia. de Córdoba, Argentina). También sorprendió
su relato sobre una emanación de energía luminosa que se veía salir del suelo en
San Marcos Sierras, pueblo muy cercano a Capilla del Monte. La anécdota derivó
en la posibilidad de que existan bases o ciudades subterráneas, ante lo cual
Sebastián Haraya comentó que eran de interés los libros publicados por Robert
Teske (en inglés) acerca la llamada "Base Dulce" en Estados Unidos, a la que ese
autor describe como una gran instalación subterránea excavada en distintos
niveles de profundidad, con experimentos más secretos a medida que se desciende,
lo que incluiría desde manipulaciones genéticas hasta coacción hacia
alienígenas. Sebastián reflexionó que ese modelo de estructura se parece a los
inframundos sucesivos de la mitología maya según su libro sagrado, el Popul Vuh.
Explicó que Teske abunda en datos que relacionan la milicia, la NSA y los
extraterrestres. También la Dra. Karla Turner en su diario sobre visitantes de
dormitorio se refiere a las denominadas "Blacks Ops" (Operaciones
Negras).
Luis Baynham habló entonces de los ovnis
vistos en proximidad de volcanes, en particular el recientemente conocido caso
del Popocatepetl en México, sobre lo cual circularon en la mesa diversas
interpretaciones, y Horacio Pistoni amplió diciendo que la fumarola dejó de
emitir gases luego de ese episodio.
Alejandro De la Barra recordó el avistaje
del comandante de Aerolíneas Argentinas Jorge Polanco, poco antes de aterrizar
en Bariloche con el Boeing 727 que pilotaba. Morales aportó algunos detalles
sobre ese caso de 1995, por ejemplo que la Fuerza Aérea difundió la
investigación que hizo, investigación que llegaba hasta un punto y se truncaba
alegando que la Aeronáutica no tenía una comisión específica para estudiar los
ovnis.
El Ing. De La Barra expresó su deseo de que
una persona como el comandante Polanco pudiera venir un día a RIO54, para poder
hablar de casos como ese, con diversos testigos, observación desde dos aviones y
torre de control.
La charla se animó con diferentes puntos de
vista, aportados entre otros por Mario Lupo, Javier Stagnaro, Sebastián Haraya y
Mario Coen, acerca de cuales son los datos duros para decir que algo es un
"ovni", un "plato volador", ¿que características debe básicamente tener?
-preguntó Mario. De la Barra hizo hincapié en los parámetros físicos, por
ejemplo que un tal objeto debería tener un comportamiento absurdo como ser
aceleraciones o velocidades extremas. Morales añadió que para que el fenómeno
sea absurdo, no es indispensable pensar en violaciones a las leyes de la física,
porque absurda era la piedra voladora que vio Guillermo Girotti junto a su
hermano, según lo relató en nuestra reunión anterior. Era absurdo ver una roca
por el cielo, pero no necesariamente una violación de las leyes físicas.
Sebastián fue por más, al decir que toda observación sucede en un esquema de
creencias, como decía John Keel, y se interrogó si una aparición mariana podría
considerarse como un evento ovni.
En la misma línea, Coen afirmó que el
fenómeno importa porque el hombre existe, y que las interpretaciones dependen de
las personas. Mencionó por caso la oleada de 1897 en Estados Unidos cuando se
vieron objetos voladores parecidos a dirigibles o aeroplanos, antes de que
estuvieran inventados. Javier Stagnaro indicó que era una fecha muy cercana a la
invención de estos aparatos y que bien pudo haber prototipos que estuvieran
probándose en 1897 aunque no aparecieran en la prensa. Luis Baynham evocó uno de
estos casos de 1897, citado por el autor Anglada Font: Un grupo familiar que
participaba de una fiesta nocturna se sorprendió al oir gritos de auxilio que
provenían del cielo, sin poder establecer de donde. Los gritos se alejaron
hasta hacerse inaudibles.
Rubén Romano, inspirado en el pensamiento de
Jacques Vallée, siguió los argumentos de Coen al generalizar que se tiende a ver
al fenómeno como algo ajeno, externo al ser humano, y que esa "ajenidad" -como
tal- ha estado presente en las creencias humanas desde los albores de la
cultura. Son aspectos que se internan en el campo de lo subjetivo. Mencionó como
ejemplo que en casos de abducción se ha relatado el ascenso al ovni por una
escalerilla convencional, lo cual siembra una contradicción, eso no parece
compatible con una supertecnología.
Casi sin darnos cuenta, la charla nos había
internado en temas conceptuales y hasta filosóficos, en el sentido de
cuestionarnos, de hacernos preguntas, de profundizar, mucho más allá de las
noticias que se publican en internet y en la prensa. Eso causó cierta inquietud,
porque claro, cuestionarse, preguntarse, hace revisar lo que se piensa y eso
genera ansiedad, es la angustia previa a la obtención de un
conocimiento.
Morales refirió que hay un estereotipo
mental del "plato volador" que no deja verlo como un fenómeno más amplio: "Yo
mismo, si viera un ovni y éste no tuviera forma de plato, me sentiría
defraudado" -bromeó. Y también planteó la posibilidad de ser visitados por
una civilización que de ninguna manera desee tomar contacto con los terrestres.
Aimé Michel, pionero de la investigación ovni en Francia, planteaba que si el
abismo cultural entre los visitantes y nosotros fuera tan amplio como el que
existe entre el entomólogo y la hormiga, no habría comunicación posible. La
hormiga siente que le pasan cosas pero no entiende, cuando la ponen en un
microscopio por ejemplo, y el científico que la observa no tiene en sus planes
comunicarse con ella.
Juan Castelli, nacido en Rawson, originario
de la Patagonia Argentina al igual que Roberto Marino, trajo a la mesa el caso
citado en otras reuniones de los submarinos fantasmas vistos en el Atlántico
Sur.Halló información en la excelente web de Historia y Arqueología Marítima de
la Fundación Histarmar sobre la Operación Golfo
Nuevo, cuando buques y aviones de la Armada atacaron a un sumergible sin
identificar el 21 de mayo de 1958.
Javier Stagnaro añadió que entre los
participantes del ataque había un joven oficial de Infantería de Marina que era
Daniel Perissé, el que luego en 1965 sería mundialmente conocido por las
observaciones de ovnis en la Antártida. Perissé le había contado a Javier
algunas rarezas sucedidas en esa Operación Golfo Nuevo del año '58. Una de ellas
es que luego de toda esa estresante jornada rastreando al sumergible por sonar y
lanzándole cargas de profundidad, llegó la noche y con ella se inició una
intensa vigilia desde los barcos. Entonces se vio, en la lejanía, media docena
de esferas luminosas que emergían del mar. Y al día siguiente los marinos
recorrieron la playa y allí encontraron dos novedades: huellas de patas de rana
(o similares) que provenían del mar y una gran marca en forma de cuña hundida en
la arena, como si un objeto pesado hubiera estado apoyado en ese lugar, sin que
se observen en las cercanías huellas de ruedas o de otro tipo, lo que
significaría que, cualquier cosa que haya sido, debió irse por el
aire.
Stagnaro remarcó que ningún país reclamó la
propiedad de ese submarino furtivo y que hasta podría pensarse en un U-boot
alemán que permaneció oculto luego de la segunda guerra.
Daniel Postizzi sumó otra anécdota naval,
que le fue contada por un radarista ya retirado. En un viaje de la Fragata
Libertad, el buque insignia de la Armada Argentina, se realizaba una práctica de
navegación nocturna a oscuras, con los sistemas eléctricos desconectados, lo que
es una práctica habitual para el entrenamiento de la tripulación en situaciones
extremas. Solamente el radar permanecía encendido por seguridad, y su pantalla
era la única fuente de luz en la sala. De pronto el radarista escuchó un fuerte
griterío en cubierta. Había aparecido sobre el buque una bola de luz roja que se
movía rápido y azarosamente, "como un buscapiés". La luz entró a la fragata
atravesando el casco, llegó a la sala de máquinas, de ahí a la de radar, salió
por la cubierta hacia proa y se perdió en el horizonte.
Por su parte, Andrea Pérez Simondini expresó
su alegría de haber localizado y entrevistado a Roberto Wilkinson, piloto de la
Armada que el 22 de mayo de 1962 observó desde su avión varios objetos no
identificados cerca de la Base Aeronaval Comandante Espora, Prov. de Buenos
Aires.
Rubén Morales finalmente expresó su
satisfacción porque además de la Red Argentina de Cafés Ufológicos que está
plena de actividades en cada ciudad, se ha producido la segunda reunión del Café
Ovni de Valencia, España, coordinado por Luis Pisu, a quien deseamos el mayor de
los éxitos y esperamos que surjan más cafés ufológicos en el país y en el
mundo.
Así transcurrió la reunión del Café
Ufológico de Julio, entre informaciones, investigaciones, anécdotas y
reflexiones. Los variados temas fueron tratados con profundidad e interés, lo
que demuestra la importancia, la necesidad, de abrir espacios de diálogo como
los cafés ufológicos para que afloren contenidos tan enriquecedores para el
conocimiento y gratificantes para el espíritu.
Como siempre se sortearon gratuitamente
entre los presentes revistas aportadas por Javier Stagnaro y Verónica Suárez,
libros donados (y, por estar presente, en esta ocasión también rubricados) por
Roberto Banchs, un DVD con buena bibliografía ufológica en formato digital que
aportó Sebastián Haraya y un curso en DVD donado por Mario Lupo. Gracias a todos
los que colaboran con aportes para el esperado momento del sorteo.
La próxima reunión del Café Ufológico
RIO54 será el jueves 1 de agosto, como siempre a las 18,30 en el Café de la
Subasta, Río de Janeiro 54, Buenos Aires.
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